junio 23rd, 2007 § Comentarios desactivados § permalink
El otro día charlaban en Estravagario Rafael Reig, Kiko Amat e Irene Gracia. Amat se declaró anglófilo y desinteresado por la literatura española; Reig, con simpatía, se quejó de esa actitud, la de fascinarse por Carver sin leer a Galdós.
Curioso equilibrio el que nos debemos: leer a Carver, sí, pero también saber cuánto admiraba a Machado.
Su poema Radio Waves en inglés, y traducido por Mariano Antolín Rato.
junio 21st, 2007 § § permalink

“En Ginebra de día está la oficina de las Naciones Unidas pero de noche hay que vivir y entonces de golpe un afiche en todas partes con noticias de Thelonius Monk y Charles Rouse, es fácil comprender la carrera al Victoria Hall para fila cinco al centro, los tragos propiciatorios en el bar de la esquina, las hormigas de la alegría, las veintiuna que son interminables las diecinueve y treinta, las veinte, las veinte y cuarto, el tercer whisky, Claud Tarnaud que propone una fondue, su mujer y la mía que se miran consternadas pero después se comen la mayor parte, especialmente el final que siempre es lo mejor de la fondue, el vino blanco que agita sus patitas en las copas, el mundo a la espalda y Thelonius semejante al cometa que exactamente dentro de cinco minutos se llevará un pedazo de la tierra como Héctor Servadac, en todo caso un pedazo de Ginebra con la estatua de Calvino y los cronómetros Vacheron & Constantin.”
Cortázar en La vuelta al día en ochenta mundos.
Adapta tema y ritmo.
junio 8th, 2007 § Comentarios desactivados § permalink
Cidrolin aquí, en su barcaza que graffita de noche y pinta de día. El Duque D’Auge Allá, a lomos de su caballo Stenes, el caballo hablador. Cidrolin deja pasar la vida mientras bebe esencia de hinojo. El caballero D’Auge avanza en el tiempo de aventura en aventura.
Pero si sólo fuesen dos historias peculiares que se comunican hasta confundirse en una misma al final, no pasaría de ser otra novela. Sin embargo:
Una capa de lodo cubría todavía la tierra, pero, aquí y allá, se abrían pequeñas flores azules.
Un libro distinto, con esas flores azules dappertutto:
Monseñor, no sois el único que piensa así.
Me asombráis. Suelo ser el único que piensa lo que pienso.
Por eso no pude resistirme y tras leer como:
La repetición es una de las más odoríferas flores de la retórica.
Me animé con esta idea que escondía y que ha florecido.